martes, 31 de mayo de 2011

QUEMADURAS Y SU TRATAMIENTO

Las quemaduras son un tipo específico de lesión de los tejidos blandos. Se presentan cuando el organismo recibe más energía (calórica, química o eléctrica) de la que puede absorber sin lesionarse.
Una quemadura grave puede poner en peligro la vida y requiere atención médica inmediata. La gravedad de la quemadura depende de la temperatura del medio que la causó y la duración de la exposición. Principalmente son lesiones de la piel, pero a veces afectan a otros órganos como pulmones, corazón, riñones, etc.

Las quemaduras pueden ser de primer, segundo o tercer grado según las capas de piel y la profundidad de los tejidos lesionados. 
Se considera de primer grado a la quemadura que lesiona la capa más superficial de la piel. Es la quemadura generalmente causada por una exposición excesiva al sol. Los síntomas son: Enrojecimiento de la piel o eritema, piel seca, dolor intenso y quemante, inflamación discreta e hipersensibilidad de la zona afectada.
Las quemaduras de segundo grado son aquellas en que las capas superficial e intermedia de la piel están lesionadas. El síntoma característico es la aparición de ampollas. Hay dolor intenso e inflamación del área inflamada.
En las quemaduras de tercer grado están afectadas todas las capas de la piel y los tejidos subyacentes como músculos, nervios, tendones y vasos sanguíneos pudiendo llegar hasta el hueso. Este tipo de quemadura se produce por contacto prolongado con fuego, electricidad o elementos cáusticos. El aspecto de la piel es en estos casos acartonado, completamente seco y no hay dolor debido a la destrucción de las terminaciones nerviosas. Requiere siempre asistencia médica precoz, aunque la lesión no sea muy extensa. 




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